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¿Cómo convertir tu fantasía erótica en realidad?
En ocasiones, para sorprender a la pareja en la cama no hace falta recurrir a extravagancias, un simple cambio de ritmo puede ser suficiente. Juegos en la cama para compartir con la pareja Temperatura sexual. Juego de los dados. Sabores sexuales. Masaje con aceite.
Hablar con tu pareja sobre una fantasía sexual no es algo sencillo al principio, pues existe ese miedo al rechazo y a los juicios que pueda emitir nuestra pareja hacia nosotras. Pero compartir tus fantasías sexuales con tu pareja y estar abierta a hablar sobre las suyas, es importante cuando se trata de establecer confianza e intimidad dentro de la relación. Si te pones muy nerviosa o no sabes cómo hablar de este tema con tu pareja, Nosotras te decimos cómo puedes empezar. Si no sabes cómo facilitar la conversación, aquí hay un ejemplo. Moore sugirió compartir tu fantasía con tu pareja diciendo que tuviste un sueño tórrido sobre ellos anoche. El truco aquí es sacar a relucir tu fantasía como un cumplido. Finalmente, Moore comentó que después de compartir tu fantasía sexual, es crucial preguntarle a tu pareja qué piensa.
Si lo veo del lado del placer, se convierte en una fantasía; por eso es tan idealizado el sexo, forma parte del enamoramiento, de un deseo donde la expectativa es el placer de película, el perfecto, en especial cuando termina y cada quien se va a su casa. Es difícil la primera noche, aun no siendo la primera vez; besas con timidez, desnudas con cautela, hay que leer entre palpitaciones, respiraciones. La idealización del sexo se engrandece de esas fantasías sin lazos afectivos pero que llegan a un éxtasis perfecto, es algo así como el fruto prohibido. Parte de la idealización es el pensar en que exista una segunda noche y una tercera… eso quiere decir que todo salió genial y mi ego se regocija. Y puede que el sexo termine en amor.
Ya no es de gente extraña, o de personas sin opciones. Usar técnicas y estrategias probadas en ventas y neuromarketing para multiplicar tus matches. Diversion galerna. Pedir la carne bastante hecha El cocinero neoyorquino Anthony Bourdain lo cuenta en sus 'Confesiones de un chef': los restaurantes destinan los peores añicos de carne a los clientes que la piden bastante hecha es experimental.
Empero la perdió. Y le duele. En el busto y en la garganta. Empero ella. Sigue. A veces. Tropieza, empero cree que golpear mirando al cielo siempre compensa.